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Reino del Diablo para un corazón sensible: Tangos para Barbie y Ken



Como una inesperada puerta que se abre en una casa que se va conociendo, se llega a Tangos para Barbie y Ken, de la escritora mexicana Maritza M. Buendía (Zacatecas, 1974). La lectura resulta a tal punto fascinante por su complejidad y riqueza. Consta de nueve relatos que funcionan a la vez como capítulos y cuentos que pueden ser leídos individualmente. La imagen que se presenta en cuanto a su estructura es la de un libro de ilustraciones troqueladas que se despliegan lentamente con un goce erótico en la lectura, nouvelle erótica por momentos explícita.


Es en el relato central, el quinto, “Collar de marcas rojas”, donde se entrama el encuentro sexual e intelectual entre la protagonista Alondra y su profesor de literatura Rodrigo, en un hotel, junto a un ensayo teórico intercalado a través de notas. Es decir, el aparato textual aparece como un engranaje perfectamente aceitado entre el relato de ficción y el ensayo teórico sobre el sexo y el amor. Las notas no están a pie de página, más bien, se localizan en párrafos aparte dentro de la trama ficcional.


La hipótesis que se despliega y se desarrolla en las cinco notas que se intercalan es la siguiente: “–El amor es un proceso, un descubrirse, un desnudarse–, Alondra comenta sin esperar respuesta” (39), comienzo del capítulo-relato. A su vez, un transtexto sobrevuela la escena: La historia de la sexualidad, de Michael Foucault. Los amantes desnudos leen luego de su acto sexual. Rodrigo, casado con hijos, va descubriendo, fascinado y arrasado por la libre y oscura sexualidad de la joven que lo somete lentamente a una tormenta de emociones incontrolables, los celos, el odio, la lujuria, la violencia.


Otra hipótesis central se despliega también en el relato mismo de la ficción: “Enseñar es pervertir” (41). Rodrigo, profesor intelectual que le enseña literatura y teoría a Alondra, es enseñado por ella en todo lo que se relaciona con el sexo. A la vez, otros textos aparecen en la polifonía intertextual que propone la autora, como Jayadeva, The song of the Dark Lord, autor hindú del siglo XII, y El amante de Lady Chaterley, de D. H. Lawrence, ambas obras de un erotismo exquisito que funcionan como telón de fondo.


Alondra envuelve a Rodrigo, lo manipula, lo desafía pasando todos los límites, lo invita a observar sus actos sexuales con otros hombres que van apareciendo y le van dejando marcas rojas en el cuello. Rodrigo se resiste a entrar en el sádico juego, pero Alondra lo vence y entra en ese reino del inframundo que es la oscuridad sexual del hotel que los contiene.


La hipótesis del amor se va desplegando en su reflexión teórica: las notas tocan el tema del deseo y el mito y sus diferentes expresiones, tanto en Oriente como en Occidente, siguiendo a los autores y a las lecturas clave, de alguna manera intertextuales, como Jayadeva y Lawrence. “El mito nace como pérdida, palabra huidiza, anhelo del hombre por recuperar su antigua esencia, su naturaleza primitiva” (41), se escucha a Derrida, a Levy Strauss.


Rodrigo y Alondra mientras tanto, danzan la terrible danza del amo y del esclavo en la sexualidad. Rodrigo no desea, macho mexicano, dejar de ser el amo, sin embargo es ella la que claramente lleva el papel de dominadora. Reino del Diablo para un corazón sensible.


Con la última arista del plegado teórico, “llevar las hipótesis a las acciones, las lecturas a la vida, practicar” (41), Rodrigo pierde sus roles originales de profesor y amo, y Alondra los gana en la pulseada sexual. Entonces, el relato nos llena de preguntas: ¿quién es el alumno, quién el que pervierte, alguien gana?


El cuello de Alondra termina poblado de marcas sexuales: mordidas, arañazos, aprietes, así también el capítulo finaliza entre las manos de Rodrigo, quien a punto de asfixiarla y de matarla, la goza y la hace gozar.


“Collar de marcas rojas”, bello título, es la serpiente color de sangre oscura que zigzaguea en estas páginas… cosas del Diablo y sus ardides.


Obra citada:


M. Buendía, Maritza (2016). Tangos para Barbie y Ken. México: Textofilia/Secretaría de Cultura.



Cecilia Noriega es Poeta e investigadora literaria, Universidad Nacional de Avellaneda,

Universidad de Tres de Febrero, Buenos Aires, Argentina.


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